¿Al parecer no existe consciencia de que el triunfo de Dios es dejar de pelear?
No vale la pena sostener una lucha donde Dios, con diferentes identidades que confluyen en la misma energía, que ha sido la temática central de graves y diversos conflictos que caracterizan a Medio Oriente como una tierra de eterna guerra.
Hay que considerar también los mútiples efectos que afectan al resto del mundo, teniendo que tomar parte forzadamente en este problema. Aunque también ha propiciado una serie de tratados y acuerdos internacionales a nivel político y económico considerablemente positivos, produciendo beneficios mutuos entre países y comunidades.
Es increíble viajar por tierras musulmanas, ver como viven su Fe, oran varias veces al día públicamente, orgullosamente, cumpliendo su deber con su Dios Allah. Les aseguro que causa una emoción y sensación muy profunda, casi primitiva de REFUGIO. Es importante para ellos mantener un estatus de pertenencia, tienen una consciencia familiar aclanada, con valores como la protección mutua, el respeto, la fraternidad, la sencillez y humildad por sobre todas las cosas.
Si realmente vieran al humano que está detrás de una creencia, considerando que todo el mundo tiene una doctrina segun la cual rige su vida, que puede ser popular o inpopular, sin embargo, posee un canon que de alguna forma le ordena y le hace avanzar en su desarrollo, le hace vivir una dimensión espiritual, más o menos rica, pero existente de todas formas, somos humanos y es un aspecto del que no nos podemos abstraer, es una necesidad tan vital como alimentarnos y dormir.
Las guerras por alimentos, y tierras, por expandir reinos y lograr esa clase de poderíos ya no son un tema cotidiano directamente, no sería bueno reinventar la convivencia de aquella zona, proponer un nuevo sistema, negociar seriamente terrenos geograficos y abstractos, bajarse del tren del egoismo y dejar el teocentrismo de lado para lograr una convivencia donde tu Dios y mi Dios tengan un espacio válido, e incluso los sin Dios puedan respirar y acceder en igualdad de derechos a la satisfacción de sus necesidades.
Es volado, es utopico, yo lo sé... pero tenia ganas de decirlo.
