5.02.2010

Destrucción-Transformación

La Torre viene a botar y desencajar-destruir, nuestras queridas estructuras y patrones de supervivencia, nuestros mecanismos defensivos por lo general se manifiestan y exacerban cada vez que se nos cae nuestro hermoso castillo de naipes que consideramos "nuestra realidad".
Así con las ruinas bajo nuestros pies, nos damos cuenta de que lo unico constante es nuestra propia individualidad, fuerza, libertad, astucia, emociones, percepciones, etc. Desde aqui, cuando nos hacemos conscientes de esta revelación, podemos empezar a caminar, sin cargas, sin encierros ni limitaciones, nuestra mente ha sido transmutada por la entropía producida por el proceso de razonamiento cartesiano que nos encarcela.
Después de sobrevivir a la caida de la Torre, todo es posible, necesitamos reinventar la ilusión de la vida, inspirarnos ya no desde las ideas, no desde la materia, sino desde el corazon, la añoranza de la experiencia, curiosidad por lo desconocido y el desarrollo. Asumir el proceso alquimico que ha tenido lugar en nuestro fuero interno.
La torre es fulminada por un rayo, la torre es la obra humana, y el rayo representa la luz, la fuerza de la naturaleza manifestandose en su aspecto destructor, la destrucción es una oportunidad brindada para iluminarse en la vida y ver con claridad "con luz" la verdadera importancia de las cosas que construímos a todo nivel. Encerrarse en un castillo, por muy comodo y placentero que pueda parecer, es un encierro de todas formas, la vida ocurre también afuera y hay que interactuar con ese aspecto armónicamente.

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